En este
texto Vicente Verdú nos habla de la realidad del videoaficionado, que cada vez
son más los que cámara en mano están dispuestos a grabar cualquier cosa.
Al ser
humano desde siempre le ha gustado investigar e inventar, por ello, la
tecnología ha sufrido un gran avance. Estas ganas de descubrir cosas nuevas por
el ser humano han dado paso a nuevas tecnologías, y que cada vez sean más
accesibles las posibilidades de tener una cámara o un ordenador.
Esta
facilidad supone que el número des videoaficionados sea cada vez mayor y puedan
grabar de todo en todo momento. Y es que resulta difícil de creer que en cada
esquina haya un centinela videoaficionado, por la facilidad de uso de estos
aparatos, porque al pulsar un solo botón podemos guardar y más tarde disfrutar
de ese momento, desde el nacimiento de una persona hasta la caída graciosa de
éste.
Otra
herramienta que va unida, es internet, gracias a éste podemos saber el momento
lo que está sucediendo en otra parte del mundo, como dijo el filósofo
canadiense Marshall McLuhan, como consecuencia nos encontramos ante una aldea
global en la que todos podemos saber con exactitud qué es lo que está pasando
en cualquier momento en otro lugar del planeta.
La
tecnología ha ido mucho más lejos en este ámbito, me refiero a las cámaras que
pueden entrar en el interior del cuerpo para hacer operaciones, gracias a esto,
se salvan vidas, por lo que el uso de estas cámaras es positivo.
Estas
cámaras tienen una aplicación de seguridad ciudadana, están casi en todas
partes para vigilar a los ciudadanos, aquí entraríamos en un debate: ¿nos
cuartan nuestra intimidad?, ¿qué es más importante, la seguridad ciudadana o
nuestra libertad de movimientos?
Para
finalizar me gustaría decir que las cámaras nos hacen ser testigos, casi en
tiempo real, de acontecimientos, increíbles y que también nos dan la
oportunidad de ver cosas que antes se desconocían y solo tenían acceso unos
pocos, hablo de las cámaras que funcionas debajo del agua, un gran avance que
permite hacer estudios de la vida subacuática, y regalarnos imágenes tan bellas
como el cambio de colores de las sepias. En definitiva, las cámaras son
importantes en nuestra sociedad, al igual que los videoaficionados, que sin
ellos no seríamos capaces de disfrutar de lo que nos ofrecen con sus pequeños
aparatos.
Joseba Iraeta
2º Bach.
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